miércoles, 8 de julio de 2015

LA VELA DE CORO Y SUS LOCOS

Diablos en la Plaza Bolívar de La Vela

FOTO: DUBRASKA VARGAS

LOS LOCOS DE LA VELA, ESTADO FALCÓN

Mucho antes que la constitución del país hablara sobre presidente o presidenta; gobernador o gobernadora, y que esto se apoderara del lenguaje oficial con lo rebuscado que significa: bachilleres y bachilleras; médicos y médicas, desde hace décadas, cada 28 de diciembre se admira el bailar de los Locos y Locainas de La Vela de Coro. 

Festividad que se apodera de todas las calles de un pueblo y es parte de eso que se llama tradición.Resulta que el sol de La Vela deja ver los colores de cada cosa en su máxima expresión. Lo radiante y saturado hace que la vida sea un personaje que arropa cada alma u objeto que en ella transita. Entonces el Mar Caribe une a estos venezolanos con sus vecinos antillanos, y esa mezcla, que llamamos mestizaje, logra dar a luz –a la luz del sol del Caribe– un rico folklore que va desde las comparsas y disfraces hasta los ritmos que las acompañan en conmemoración a los Santos Inocentes, y por qué no, en burla y reproche a los poderosos que antes eran llamados amos.

Fue el sabor que da el tambor veleño lo que logró preparar el viaje. Escuchar –año tras año, cada 28– esas grabaciones de Un Solo Pueblo y de Olga Camacho y la Camachera, lo que un día de noviembre me hizo decir: «Dubraska, ¿y si nos vamos para La Vela? Toca conocer a esos locos». Y así, como la magia de los minutos que hablan los chef de televisión, allí estábamos. 

Frente a la Plaza Bolívar del pueblo, comiendo empanadas y al fondo una canción: Alúmbrame el zaguán. Un Solo Pueblo, otra vez. Los disfrazados estaban dispersos, las comparsas se empezaban a acomodar. «Alumbra, alumbra, alumbra, alúmbrame el zaguán/Eso se acostumbra en la Navidad», radiaba el perímetro de la plaza, pero estas ondas chocaban con la miniteca de la licorería Oasis. Allí mandaba el lema de: «Cerveza y reguetón pa’ todo el mundo»

.«La adoración de estos personajes grotescos/hermosos/endemoniados, a la redención cristiana». El padre Moisés Rafael Galicia durante la misa en la Plaza Bolívar, Los «Loquitos. Y la Mojiganga la noche del 27 ya había recorrido las principales casas del pueblo. Este personaje es quien da inicio a la fiesta. Este año su máscara representa al anarquista V, ese que ahora usa el grupo Anonymous como imagen y que proviene de de la tira cómica V de venganza. Con su sombrero a lo Abraham Lincoln, y la elegancia de un traje negro, ya en la mañana del 28 se paseaba de nuevo por el pueblo, ahora como «cartero».Frente a mi estaba la Mojiganga, parada, escuchando la prédica del padre Moisés Rafael Galicia. 

La misa en la plaza, el Niño Jesús en la plaza. La adoración de estos personajes grotescos/hermosos/endemoniados, a la redención cristiana. Y todo esto nos lleva al sitio neurálgico de la fiesta: el paseo Francisco de Miranda. Frente al mar, frente a las lanchas y frente a todas las banderas que ha tenido Venezuela a lo largo de su historia. Allí se reúnen autoridades, jurado, y el público que rodea una arena con un centro adornado como brújula, en homenaje al Generalísimo y su expedición de 1806.

A las 10:10 de la mañana se da el primer: «Aló, aló, probando», y veinte minutos después el despliegue de disfraces: el Dr. Sili Pérez, un bebé Elmo encarnado por un anciano, el Viagrero resucitador, la Vela Tinto, el Vallenatero loco, y el personaje más popular de 2012, Psy con el Gangnam Style, que a cada rato repetían: era el baile del caballo, y es que el loco bailaba con un caballo de madera, de esos que creemos y creamos como de carne y hueso en la niñez.

Cada loco bailaba al son del tambor veleño. «En el puerto de La Vela, primer puerto de Falcón/Donde enarboló Miranda la bandera tricolor», parte de la letra que cantaba el grupo Combinación Veleña. Cada quien daba su «pasito», todo esto hasta casi mediodía. Carrozas monumentales, seres mitológicos, otro Psycon compañía, la Navidad con renos y hombre de nieve bajo ese calor, marionetas que bailan tambor, animales, serpientes, indios y dragones. Toda una ilusión de colores llenaba el paseo y esa magia era tal que no importaba el sol, la insolación, la brisa. Era La Vela, sus locos y locainas, no convenía pensar que toda esa gente reunida después iban a abarrotar cada lugar de comida, y los dos cajeros automáticos con que cuenta el pueblo.

Los atuendos han sido modificados con el pasar del tiempo, por lo que es común apreciar motivos de bestias, animales, personajes de todo tipo, creados por los mismos lugareños que trabajan en estos diseños durante todo el año. La celebración ha cambiado, pues estos personajes han dejado de sembrar temor en los lugareños; y mayoría de  las familias se reúnen en las calles donde ofrecen al visitante deliciosas comidasadsí como a todos los participantes de la celebración. 

Lo que ocurre después es música, carros con ritmo y cervezas que recorren cada esquina. Es esperar los resultados en la plaza La Antillana, hasta las diez de la noche. Son conjuntos para bailar, fuegos artificiales, parrillas y buhoneros que venden cualquier cosa. Es el saber que la tradición persiste a pesar de todo, y que los niños también se disfrazan con centauros y cíclopes a sus hombros. Que el disfraz popular individual de Gangam Style ganó, las marionetas bailarinas de Vertigo Dance, quedaron como el mejor disfraz popular en comparsa. Los Diablos Ancestrales resultaron los victoriosos como fantasía en comparsa mixta, y en fantasía monumental: Tierra de libélulas (individual) y los dragones Kolé Moza (comparsa).

Resumen: A tempranas horas del día 28 se escucha el estallido del primer cohete, y un personaje no muy bien vestido, un pordiosero, llamado El Correo, es el encargado de tocar las puertas donde fueron repartidas las invitaciones. Mientras que con el segundo cohete, los propietarios de los locales comerciales cierran las puertas de sus negocios, pues temen que los locos puedan llevarse su mercancía. Y por último, el tercer cohete anuncia la presencia de Los Locos en las calles.

La fiesta continua hasta el 29, cuando son premiados los disfraces ganadores. El pueblo poco a poco regresa a la calma y se prepara para el año nuevo. Quedan dos días para el 31 y a los organizadores se les renueva el ciclo de mantener viva la tradición. 

La petición de los más fieles: lograr crear la casa museo que aloje la historia de cada 28, así como elevar la festividad a Patrimonio Cultural Intangible de la Humanidad.

Muchos son los deseos. También mucha es la unión de sectores. Saben que la continuidad de la memoria depende de cada uno de ellos. Ganadores en la categoría Fantasía Monumental: Tierra de libélulas (izquierda) y Kolé Moza (derecha). Fotos: Dubraska Vargas, acerca de estos anuncios "Locos de La Vela tradición a todo color" "Diablos en la Plaza Bolívar de La Vela" .

Verdaderamente, que estas festividades no tienen nada que envidiar a los carnavales de Barranquilla, por señalar alguno. Visita a FALCÓN y disfruta de sus costumbres, artesanías y exquisita comida. Están invitados.


foto tomada  por: temporadista.com
 

 

FUENTE:WIKIPEDIA.ORG.







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